La directora de la escuela Japón de Antofagasta promueve una cultura evaluativa que "permite saber en qué está cada niño y cómo enseña cada docente".
"Entré a la escuela a los siete años ¡y todavía sigo en la escuela…!", dice Silvia Vega, medio en serio, medio en broma para resumir su larga carrera profesional.Nacida en Chuquicamata, egresó en 1964 de la Escuela Normal Espíritu Santo de Antofagasta. Desde entonces, nunca ha dejado de perfeccionarse: sacó la licenciatura en ciencias de la educación, hizo el curso de consultores de Fundación Chile, varios postítulos y tiene un magíster en gestión."Siempre fui muy inquieta", afirma, convencida de que "un buen docente o directivo debe ser ante todo muy solvente en sus conocimientos", lo que "unido a una fuerte vocación y espíritu de servicio, permite lograr cambios". Es lo que, con pasión, ella ha intentado en sus 40 años de trabajo, primero en Mantos Blancos, luego en Antofagasta y, tras pasar por varios establecimientos, en la Escuela Japón, donde es directora desde hace ya 20 años "y con energía para rato".Con altas expectativas respecto de las posibilidades de sus alumnos, destaca que en su escuela "no hay droga, ni violencia y sí excelencia académica, porque cada uno es escuchado, apoyado y su opinión es importante". Asimismo, los profesores dan lo mejor de sí: "Cada día vamos aprendiendo cómo superar las dificultades y ponernos en el lugar de lo otro".El liderazgo de Silvia ha sido clave en los resultados de esta escuela municipal, que atiende a una población escolar con más del 70,7% de vulnerabilidad social, al noroeste de Antofagasta.
Apasionada del trabajo colaborativo "que potencia una escuela", insiste es que si algo debe tener quien dirige una escuela es liderazgo técnico-pedagógico; si no, "no resulta", dice, mientras explica lo conseguido con la singular cultura de evaluación, implementada en su establecimiento, que los ha distinguido más allá de la región.
Retroalimentación constante
Sin centrarse en las notas de los alumnos, sino "en sus logros en relación a los ejes temáticos de cada asignatura", la visión pedagógica de esta escuela pone foco en "saber exactamente en qué va cada alumno, cuáles son sus fortalezas y debilidades, y qué puede hacer el profesor para que su aprendizaje sea el mejor". En ese sentido, explica, como escuela "asumimos que es responsabilidad nuestra que todos aprendan, con calidad y sin echarle la culpa al empedrado".
Subraya que el mejor resultado está en "retroalimentar al estudiante en lo que necesita, apoyándolo con cariño en lo que está más débil". Eso, que puede o no traducirse en una "nota al libro", indica "el camino a seguir, tanto en cómo están trabajando los profesores como en cuánto, qué y cómo están aprendiendo los niños…"
El piso para considerar que un aprendizaje está logrado es el 60% lo que, si hubiera que traducirlo a una nota tradicional, equivale a un 4, pero "tiene una connotación mucho más amplia" ya que hace ver al alumno "en su preciso lugar de aprendizaje".
Orgullosa de lo alcanzado en un lugar circundado por droga y violencia, confiesa que lo más difícil "es cuando, como directivo, hay que asumir que existen factores que uno no puede controlar, como la violencia intrafamiliar, el padre preso o el abuso sexual a menores, que son heridas que destruyen lo que uno levanta desde la escuela".
Pero lejos de abatirse, se afirma en el esfuerzo de la gran mayoría de las familias de la escuela, porque "los padres de sectores vulnerables lo dan todo", asegura. Por eso, insta a sus profesores a hacer lo mismo, convencida de que una buena escuela es realmente "una ventana de oportunidad para los niños, especialmente para los que tienen menos".
Doble clic: ¿Qué es evaluar?
"(...) Se puede afirmar que toda evaluación es un proceso que genera información y, en este setido, siempre implica un esfuerzo sistemático de aproximación sucesiva al objeto de evaluación. Pero esta información no es casual o accesoria, sino que la información que se produce a través de la evaluación genera conocimiento de carácter retroalimentador, es decir, significa o representa un incremento progresivo de conocimiento sobre el objeto evaluado. Desde esta perspectiva, la evaluación permite poner de manifiesto aspectos o procesos que de otra manera permanecen ocultos, y posibilita una aproximación en forma más precisa a la naturaleza de ciertos procesos, las formas de organización de los mismos, los efectos, las consecuencias, los elementos intervinientes, etc". (Evaluación educativa: una aproximación conceptual. Autoras: Nydia Elola y Lilia V. Toranzos. Ver www.gestionescolar.cl)
"Entré a la escuela a los siete años ¡y todavía sigo en la escuela…!", dice Silvia Vega, medio en serio, medio en broma para resumir su larga carrera profesional.Nacida en Chuquicamata, egresó en 1964 de la Escuela Normal Espíritu Santo de Antofagasta. Desde entonces, nunca ha dejado de perfeccionarse: sacó la licenciatura en ciencias de la educación, hizo el curso de consultores de Fundación Chile, varios postítulos y tiene un magíster en gestión."Siempre fui muy inquieta", afirma, convencida de que "un buen docente o directivo debe ser ante todo muy solvente en sus conocimientos", lo que "unido a una fuerte vocación y espíritu de servicio, permite lograr cambios". Es lo que, con pasión, ella ha intentado en sus 40 años de trabajo, primero en Mantos Blancos, luego en Antofagasta y, tras pasar por varios establecimientos, en la Escuela Japón, donde es directora desde hace ya 20 años "y con energía para rato".Con altas expectativas respecto de las posibilidades de sus alumnos, destaca que en su escuela "no hay droga, ni violencia y sí excelencia académica, porque cada uno es escuchado, apoyado y su opinión es importante". Asimismo, los profesores dan lo mejor de sí: "Cada día vamos aprendiendo cómo superar las dificultades y ponernos en el lugar de lo otro".El liderazgo de Silvia ha sido clave en los resultados de esta escuela municipal, que atiende a una población escolar con más del 70,7% de vulnerabilidad social, al noroeste de Antofagasta.
Apasionada del trabajo colaborativo "que potencia una escuela", insiste es que si algo debe tener quien dirige una escuela es liderazgo técnico-pedagógico; si no, "no resulta", dice, mientras explica lo conseguido con la singular cultura de evaluación, implementada en su establecimiento, que los ha distinguido más allá de la región.
Retroalimentación constante
Sin centrarse en las notas de los alumnos, sino "en sus logros en relación a los ejes temáticos de cada asignatura", la visión pedagógica de esta escuela pone foco en "saber exactamente en qué va cada alumno, cuáles son sus fortalezas y debilidades, y qué puede hacer el profesor para que su aprendizaje sea el mejor". En ese sentido, explica, como escuela "asumimos que es responsabilidad nuestra que todos aprendan, con calidad y sin echarle la culpa al empedrado".
Subraya que el mejor resultado está en "retroalimentar al estudiante en lo que necesita, apoyándolo con cariño en lo que está más débil". Eso, que puede o no traducirse en una "nota al libro", indica "el camino a seguir, tanto en cómo están trabajando los profesores como en cuánto, qué y cómo están aprendiendo los niños…"
El piso para considerar que un aprendizaje está logrado es el 60% lo que, si hubiera que traducirlo a una nota tradicional, equivale a un 4, pero "tiene una connotación mucho más amplia" ya que hace ver al alumno "en su preciso lugar de aprendizaje".
Orgullosa de lo alcanzado en un lugar circundado por droga y violencia, confiesa que lo más difícil "es cuando, como directivo, hay que asumir que existen factores que uno no puede controlar, como la violencia intrafamiliar, el padre preso o el abuso sexual a menores, que son heridas que destruyen lo que uno levanta desde la escuela".
Pero lejos de abatirse, se afirma en el esfuerzo de la gran mayoría de las familias de la escuela, porque "los padres de sectores vulnerables lo dan todo", asegura. Por eso, insta a sus profesores a hacer lo mismo, convencida de que una buena escuela es realmente "una ventana de oportunidad para los niños, especialmente para los que tienen menos".
Doble clic: ¿Qué es evaluar?
"(...) Se puede afirmar que toda evaluación es un proceso que genera información y, en este setido, siempre implica un esfuerzo sistemático de aproximación sucesiva al objeto de evaluación. Pero esta información no es casual o accesoria, sino que la información que se produce a través de la evaluación genera conocimiento de carácter retroalimentador, es decir, significa o representa un incremento progresivo de conocimiento sobre el objeto evaluado. Desde esta perspectiva, la evaluación permite poner de manifiesto aspectos o procesos que de otra manera permanecen ocultos, y posibilita una aproximación en forma más precisa a la naturaleza de ciertos procesos, las formas de organización de los mismos, los efectos, las consecuencias, los elementos intervinientes, etc". (Evaluación educativa: una aproximación conceptual. Autoras: Nydia Elola y Lilia V. Toranzos. Ver www.gestionescolar.cl)
Tomadodel Sitio Web:
