23 de noviembre de 2008


Los padres no saben controlar qué hacen sus hijos en Internet
Publicado el 23/11/2008
Por MaestroPedro
El 70 por ciento de los padres de jóvenes de 15 a 24 años se declara «absolutamente lego» en el manejo de Internet, chats o videojuegos, lo que les deja sin criterio para saber si sus hijos hacen un uso abusivo o corren algún riesgo, pese a que un 15 por ciento de ellos está en esa situación.
Las adicciones a las nuevas tecnologías en jóvenes y adolescentes y cómo adelantarse a su uso inadecuado se debaten precisamente hoy en el Hospital Clínico de Madrid en unas jornadas organizadas por la Fundación Gaudium, la Agencia Antidroga y Madrid Salud del Ayuntamiento de Madrid, con la participación de una veintena de expertos, nacionales e internacionales.
Aunque en España no hay datos concluyentes, algunos estudios desvelan que aún no hay un número significativo de adictos, pero sí un porcentaje considerable de chicos en riesgo por el consumo inadecuado que hacen del móvil, de Internet y de los videojuegos o de los juegos en línea.
Según el más reciente, elaborado por el Ayuntamiento de Madrid sobre una población de 560.000 jóvenes y adolescentes de 15 a 24 años, a través de 1.600 entrevistas realizadas el año pasado, aproximadamente un 15 por ciento hace un uso inadecuado. Son personas que «están en un riesgo especial de desarrollar algún tipo de trastorno del comportamiento, todavía no adicción», señaló el director general de Adicciones de Madrid Salud, Francisco Babín, aunque sí hay ya casos aislados.
Sin criterio
Uno de los especialistas convocados a las jornadas, Enrique Echeburúa, catedrático de psicología clínica, alerta sobre las «luces rojas» del consumo abusivo que interfiera negativamente en la vida cotidiana.
Hay algo anómalo si baja el rendimiento escolar, aislamiento, o cambios de humor, o cuando la persona empieza a mentir o a cerrar la puerta con llave. También si empieza a mentir en la red sobre su edad o su físico.
Los expertos proponen combatirlo a través de la vigilancia (que los niños no estén solos cuando se conecten a Internet); impedir que coma o cene con una bandeja ante el ordenador y actuar de común acuerdo con el psicólogo del colegio o con el médico de familia.