4 de enero de 2009


Un saboteador interior que
te limita y lesiona.

Nuestra capacidad para resolver problemas y para ser felices se encuentra, con frecuencia, muchas veces limitada por unas voces interiores que podrían considerarse como saboteadores. Voces cómo: - Estás loco. - Tú nunca podrás.
- Eres un bruto.- Siempre metes el pie. – No se puede uno fiar de nadie.
– Más tarde te lo cobras. ...
Estas disposiciones negativas malgastan energías, limitan nuestros planes y nos hacen sentir mal.
En este punto poco importa si los saboteadores los construimos nosotros mismos o son reflejos de lo que hemos escuchado a nuestros padres, amigos, profesores... Aunque si es importante conocerlos bien para detectarlos y detenerlos.
Muchas veces adquirimos una actitud de autolesión que nos lleva a sufrir, esa concentración en lo negativo nos ahorra buscar la responsabilidad y el cambio pero nos hace daño.

Los que se autolesionan.

En este documento vas a encontrar actitudes interiores con las que frecuentemente nos torturamos y angustiamos. Son actitudes que nos llevan a buscar la compasión en vez de la alegría de compartir y aportar, estas actitudes con frecuencia nos dañan.
1. Fantasias catastróficas.- Me represento lo malo que pueda pasarme, por ejemplo: raspo todas las materias, me deja la novia, me enfermo, etc.
2. La actitud del ¡“si yo hubiera...”! .- Con esta actitud tendemos a lamentarnos de las cosas que hemos hecho: Si hubiera estudiado, si me hubiera hecho amigo de él, sino hubiera contestado de esa forma... Nos lamentamos pero no intentamos cambiar en lo más mínimo.
3. Echar la culpa a los demás.- En este caso echo la culpa exageradamente a los demás: les echo en cara no tener consideración conmigo, no entenderme, que no hagan el trabajo, que no me expliquen... pero no intento ver mi problema de modo constructivo.
4. La fantasía del patito feo.- No gusto a nadie por considerarme feo, torpe, retrechero, desconfiado... Yo mismo decido lo que los demás piensan de mí y si me aprecian o no.
5. Explicar las incapacidades.- Me pregunto a mí mismo y a los demás, convencido de que alguien tiene la culpa: Seguro que hice algo mal, que me olvide de algo... Trato cuidadosamente de reconocer mi incapacidad.
6. Hacer comparaciones.- Digo algo parecido a esto: Tal profe prefiere a fulanito que a mí, Los hombres buscan más a menganita que a mí porque es más atractiva, él tiene más suerte que yo, todos prefieren a fulanito en el equipo porque es mejor que yo. Esta actitud, bastante difundida, se basa en la pretensión de estar siempre en un primer plano.
7. Echar en cara.- En este caso digo por ejemplo: Si, al menos una vez en tu vida, fueses menos malcriado, se podría tratar contigo, si alguna vez me escucharas... Hago a la otra persona responsable de las dificultades en nuestras relaciones y en lugar de modificar mi actitud, trato de cambiar la suya a la fuerza.
8. “¡No sirve para nada!”.- Me digo a mí mismo cosas como esta:- ¿por qué me voy a llevar un mal rato? Por mucho que estudie no voy a aprobar esa materia. ¿Para qué voy a intentar ser más amable? Si total, nadie aprecia lo que hago. Estoy convencido de que todos mis esfuerzos no han de servir para nada.
9. ¿Qué dirán los demás?.- Me pregunto por ejemplo: ¿qué dirán mis compañeros si me ven con fulanito? ¿Si estudio en tal tiempo? Si trabajo en tal cosa....Dependo de las relaciones de los demás, que supongo siempre negativas.
10. Recuerdos sentimentales.- Me refugio en el recuerdo de los “buenos tiempos”. ¿Recuerdas cuando éramos muchachitos y hacíamos esto y esto otro... Idealizo el pasado y trato de encontrar una excusa para mi pasividad presente.
11. Recuerdos dolorosos.- Pienso en cosas pasadas que me dolieron: una cosa que me dijeron, aquel día que me soltaron las patas, un mal gesto... los golpes llevados, lo que no he tenido, las incomprensiones... Busco en ellas una excusa para mis actitudes negativas y no un cambio.
12. El genio incomprendido.- Digo cosas como: Acá no me saben valorar bien pero yo debiera ser delegado, capitán del equipo, el toñeco de fulanito... No saco más nota porque en verdad no estudio pero yo, facilito, sacaría.....Aludo a mis posibilidades para excusar el hecho de sentirme fracasado. La alusión a mis facultades sustituye al estudio y al trabajo real.

Después de haber leído todo el documento, reflexiona sobre las actitudes que asumes de vez en cuando y márcalos con una cruz.
Pon como ejemplo, tres ocasiones en que hayas tenido alguna de estas actitudes.



Detectar a tiempo actitudes que te llevan a hacerte daño puede ayudarte a ser más feliz.
Ser feliz es la meta de todo ser humano, no te pongas trabas.